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Brechas de género y desarrollo: La crisis invisible de los embarazos no intencionales sobre la que alerta UNFPA

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El embarazo debe ser algo a lo que se aspira, no algo inevitable. Para que así sea, se debe garantizar el empoderamiento de las mujeres y las niñas a fin de que puedan decidir con convicción sobre la actividad sexual y la maternidad.

Casi la mitad de todos los embarazos en el mundo, un total de 121 millones, son no intencionales. Para las mujeres y las niñas afectadas, la decisión reproductiva más trascendental de su vida (quedar o no embarazadas) no es una opción en absoluto, e impacta en el desarrollo de su potencial humano, señala el Estado de la Población Mundial 2022, publicado por el UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Bajo el título “Visibilizar lo Invisible: La necesidad de actuar para poner fin a la crisis desatendida de los embarazos no intencionales”, el informe advierte que esta crisis de derechos humanos tiene consecuencias profundas para las sociedades, las mujeres y las niñas y la salud mundial.

“Este no es un informe sobre la maternidad. Es sobre si el mundo valora a las mujeres y a las niñas más allá de su capacidad reproductiva y en qué medida. Se trata de lo que ocurre antes de un embarazo, la información que no se recibe, los anticonceptivos que no se utilizan, la falta de negociación en las parejas. Se trata de la coacción y la desinformación sobre el uso de anticonceptivos, que socava el poder de decidir de las mujeres sobre sus propios cuerpos”.

Así afirmó Gisell Rodríguez, oficial de programa del Fondo de Población de Naciones Unidas en Cuba, al presentar el texto como parte del programa del Congreso Internacional de Investigadores sobre Infancias, Adolescencias y Juventudes, que sesiona en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Rodríguez recordó las palabras de la Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem: “Todo ser humano tiene derecho a la autonomía corporal y tal vez no haya nada más importante para ejercer ese derecho que la capacidad de decidir si se quiere tener un embarazo, cuándo y con quién”.

Desde 1994—agregó— el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo reconoció que el empoderamiento, la igualdad plena y la autonomía de las mujeres son esenciales para el progreso social y económico; y son además pilares donde se asienta la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Cada vez queda menos tiempo para lograr estos y otros objetivos transformadores de UNFPA, como acabar con las necesidades insatisfechas en materia de planificación familiar, poner fin a las muertes maternas evitables y erradicar la violencia de género y las prácticas nocivas como la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil.

En ese camino, evitar los embarazos no intencionales es un primer paso innegociable.

No intencional no es lo mismo que no deseado, precisó Grisell Rodríguez, oficial de programa del Fondo de Población de Naciones Unidas en Cuba. Muchos embarazos no intencionales son bienvenidos y celebrados, pero más del 60% de los embarazos no intencionales acaban en aborto, es decir, son no intencionales y no deseados, agregó.

El informe estima que el 45% de todos los abortos son inseguros y producen el 13% de todas las muertes maternas, una situación que tiene importantes repercusiones en la capacidad del mundo para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Evidencia clara de una problemática de salud, población y desarrollo

Solo el 57% de las mujeres están en situación de tomar sus propias decisiones sobre su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. Foto: Cubadebate.

Esta no es una crisis individual asociada a un contexto específico; es una crisis global que está atravesada por las particularidades contextuales de cada país, enfatizó Rodríguez.

¿Qué dicen las cifras?

  • Uno de cada dos embarazos se produce en el cuerpo de personas que no eligieron el embarazo o la maternidad, que no estaban dispuestas a tener un hijo en ese momento, con esa pareja, en esas circunstancias.
  • Solo el 57% de las mujeres están en situación de tomar sus propias decisiones sobre su salud y sus derechos sexuales y reproductivos.

Los embarazos no intencionales guardan relación con la falta de desarrollo. A nivel mundial, la tasa de embarazos no intencionales disminuyó en los últimos 30 años, se redujo de 79 a 64 por cada mil mujeres; sin embargo, existen grandes disparidades entre regiones. Las altas tasas de embarazos no intencionales están correlacionadas con niveles más bajos de desarrollo social y económico, una mayor desigualdad de género y mayores niveles de mortalidad materna.

Las tasas de embarazos no intencionales son más altas en los países con altos niveles de desigualdad de género, evidencia el documento.

Como un elemento clave, Rodríguez mencionó el aborto. No es posible ejercer todos los derechos sexuales y reproductivos si las mujeres no tienen derecho a un aborto legal y seguro, puntualizó.

Las investigaciones muestran que las tasas embarazos no intencionales tienden a ser menores en los países con leyes de aborto más flexibles en comparación con los que tienen leyes más restrictivas, dijo.

“Evitar la ocurrencia de embarazos no intencionales es apostar por el desarrollo”, enfatizó Livia Quintana, Asociada de Programa de la Oficina del UNFPA en Cuba.

El embarazo en la adolescencia y la capacidad de decidir

Los embarazos no intencionales guardan relación con la falta de desarrollo. Foto: Archivo/Cubadebate.

En ese sentido, mencionó que el embarazo en la adolescencia y la capacidad de decidir es un tema de preocupación a nivel global y es también una prioridad nacional.

La mayoría de los embarazos que se producen en la adolescencia son no intencionales, y muchos de estos embarazos terminan en un hijo o hija nacidos durante la niñez, dijo.

En el mundo, el 75 % de las niñas que tienen su primer hijo antes de los 15 años, tienen un segundo hijo antes de los 20 años.

“Cuando las niñas se convierten en madres tienen muchas más probabilidades de tener más de un hijo en la adolescencia, lo cual incrementa los riesgos para el desarrollo personal de esa niña, pero también para su descendencia, la familia y la comunidad”, explicó Quintana.

El informe nos habla del matrimonio en edades tempranas, como una práctica nociva que condiciona el embarazo no intencional en la adolescencia.

“Evitar la ocurrencia de embarazos no intencionales es apostar por el desarrollo”, enfatizó Livia Quintana, Asociada de Programa de la Oficina del UNFPA en Cuba. Foto: Cubadebate.

La evidencia científica nos dice que la mayoría de los embarazos que se dan en la adolescencia ocurren en mujeres casadas o unidas; uniones que no son necesariamente forzosas sino consentidas, lo cual no implica que lo hagan en el pleno ejercicio de su autonomía y derechos, refirió la especialista.

Señaló que los datos muestran que estas son generalmente uniones asimétricas en cuanto a la edad de las personas con las que se unen y con las cuales tienen los hijos y en cuanto a la capacidad que tienen estas muchachas respecto al uso o no de anticonceptivos. Muchas veces el matrimonio y la unión en la adolescencia está asociada a prácticas violentas tanto en el contexto de la relación de pareja como en en estrategias de huida del entorno familiar donde ellas han estado expuestas a situaciones de violencia, dijo.

“Estamos hablando de un contexto de falta de ejercicio de los derechos”, afirmó.

Todas las mujeres están en situación de riesgo: la merma de la capacidad de
actuación desemboca en embarazos no intencionales, alertó la experta de UNFPA.

Entre los factores que respaldan o socavan la capacidad de decisión de estas mencionó:

  • Pobreza y desigualdad de los ingresos.
  • Concordancia de pareja con respecto a preferencias de reproducción (desequilibros de poder en la pareja).
  • Edad y capacidad de actuación.
  • Educación como elemento facilitador de las decisiones y la igualdad.
  • El estado civil no ofrece una protección clara frente a los embarazos no intencionales, las mujeres casadas también son víctimas de la coacción de sus parejas y pueden verse frente a un embarazo no intencional.
  • La participación en la fuerza de trabajo respalda la libertad de decisión.
  • La brecha urbano- rural, siendo más elevado el comportamiento de embarazos no intencionales en este último contexto.

De acuerdo con Quintana, el informe hace visible que estos embarazos no solo ocurren en mujeres heterosexuales, sino que las mujeres trans, lesbianas, bisexuales, pueden verse en estos casos por causa del estigma, la discriminación y la violencia de la que pueden ser objeto.

El documento es muy enfático en no culpabilizar a las personas que se vean en esta situación, pues el uso incorrecto, irregular o el fallo en el uso de los métodos anticonceptivos puede ocurrir; por lo que la información y la educación integral de la sexualidad se erige como elemento esencial tanto para mujeres como para los hombres.

Sensibilizar a los hombres e involucrarlos en la prevención de los embarazos no intencionales es medular, afirmó.

Cuba: La urgencia de prevenir la fecundidad adolescente

Los estudios que se vienen realizando van dando cuenta de que en este fenómeno inciden varios factores como el inicio de relaciones sexualidad en edades tempranas, incluso antes de los 15 años de edad y la insuficiente educación integral de la sexualidad. Foto: Carlos Bauta / Guerrillero

Para la Doctora en Ciencias Psicológicas Natividad Guerrero Borrego, investigadora titular del Cenesex y el Centro de Estudios sobre la Juventud, el camino de la prevención del embarazo en las edades tempranas de la vida es una urgencia hoy en el contexto nacional.

Los estudios que se vienen realizando van dando cuenta de que en este fenómeno inciden varios factores como el inicio de relaciones sexualidad en edades tempranas, incluso antes de los 15 años de edad, la insuficiente educación integral de la sexualidad, poca información sobre la anticoncepción unido a la inestabilidad en el mercado de los métodos anticonceptivos, la concepción de las interrupciones como uno de esos métodos, la persistencia de asimetrías de género, la poca percepción de riesgo en las prácticas sexuales, el desapego masculino y la autonomía insuficiente para la toma de decisiones.

Insistió en la necesidad de la comunicación funcional entre las y los adolescentes y sus madres y padres, para una orientación oportuna y poder ofrecerles toda la información necesaria que les permita vivir una sexualidad responsable.

Para la Doctora en Ciencias Sociológicas Reina Fleitas Ruiz, investigadora titular del CESJ, “el conflicto que viven las mujeres entre la vida pública y familiar es un factor esencial para explicar la maternidad adolescente, por qué se desencadena
y su limitado potencial de desarrollo. La necesidad de acrecentar las
prestaciones sociales que las empoderen es esencial para romper el ciclo
de reproducción cultural que provoca”, reflexionó la experta.

A su juicio, la maternidad adolescente debe analizarse desde la perspectiva de género y del desarrollo, para asumir un enfoque que abarque la diversidad que influye en este fenómeno complejo, en el que intervienen elementos como la edad, la raza, la ubicación geográfica y las condiciones de vida.

“Las desigualdades de género son un obstáculo para el despliegue de las potencialidades de las adolescentes. La maternidad adolescente es preciso comprenderla no solo como un problema de género en salud, sino como un indicador de desigualdad de género”, precisó.

La maternidad en la adolescencia en Cuba es un dilema,  sobre todo en las mujeres tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, dijo. En el 2020 los nacidos vivos de estas madres representaban el 15.5% y un 2.6% eran de padres adolescentes, aunque hacia los territorios estas cifras son superiores. Este mismo año, los nacidos vivos de madres adolescentes sobrepasaban en Camagüey, Las Tunas y Holguín el 18%, mientras que este indicador en Granma alcanzaba el 20.13%.

Estas cifras resultan paradójicas si se tiene en cuenta la inversión social en un proyecto que apuesta por la igualdad de oportunidades, lo cual indica que los factores socioculturales tras la persistencia de tasas elevadas hablan de una problemática multicausal y compleja.

La experta comentó ,los resultados de un estudio reciente en el 2020 sobre mujeres rurales en los municipios de Bejucal y Placetas, donde se exploró la asociación entre pobreza y maternidad adolescente y entre ruralidad, bajo desarrollo socioeconómico y maternidad adolescente.

Contó con una muestra de 160 mujeres de cuatro grupos de edades, entre las cuales un total de 38 eran adolescentes entre 17 y 19 años (23.7%).

De esas adolescentes, el 39.5% ya eran madres. En el 100% de los casos las muchachas interrumpieron el estudio. Al estar en las edades comprendidas
entre 17 y 19, la escolaridad osciló entre secundaria sin terminar y
preuniversitario concluido.

“Los dilemas del bienestar se desplazan para su situación económica la que refleja una falta de autonomía en la mayoría de los casos y percepciones patriarcales sobre la maternidad”, comentó Fleitas.

El 53.3% de las madres adolescentes recibían ingresos por debajo de la media salarial, que en el 2020 era de 879cup, un 20% (3) no ingresan nada, y solo cuatro aportaban por encima de esa media por ser cuentapropistas o recibir remesas. Pero todas tienen ingresos por debajo de sus parejas, dijo.

“La investigación constató la presencia en sus hogares, entre las que trabajan o no, de una división sexista del trabajo. Asimismo, el inicio temprano a los procesos del cuidado en un escenario de dificultades con el bienestar, y donde el envejecimiento se abre paso. Esos factores articulados influyen en que el grupo de las adolescentes prevalezcan entre las que se hayan con una carga alta y media de trabajo, e incluso estén comprometidas con el trabajo doméstico, remunerado y del cuidado de hijos y ancianos”, refirió la investigadora.

El promedio de horas de trabajo fue de 12 horas, entre la vida laboral y doméstica, mientras que sus parejas ostentan un promedio de seis horas, centradas en la producción. Tienen además  la percepción de que para los cuidados la mujer está más preparada, y la maternidad es más importante que la
paternidad, apuntó.

Tales resultados evidencian que la prevención de esta problemática, comentó la socióloga María del Carmen Zabala, requiere transformar integralmente las condiciones de vida de las personas, las familias y las comunidades.

“El embarazo en la adolescencia supone brechas de género pero también en la reproducción de la pobreza, hay que visibilizar este problema también desde esa arista para romper esa inercia que socava el desarrollo y el potencial de niñas, adolescentes y jóvenes”, remarcó la sicóloga Matilde Molina Cintra, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana.

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  • GMQ dijo:

    Tengo 34 años y tres hijas, la última tiene apenas trece días de nacida, no fue para nada buscada, evitamos tener más hijos pero nos llegó la sorpresa. Quiero que Dios les de mucha salud a mis niñas pero no quiero ninguna sorpresa más. Quise que me hicieran una ligadura de trompas pero fue imposible. Ahora no se que hacer para evitar otro embarazo, ya que tengo impedimentos para usar otros tipos de anticonceptivos. A donde vamos a parar.

  • Juanka dijo:

    Considero que la falta de condones o preservativos en Cuba desde hace algunos meses es un gran problema no solo para prevenir los embarazos no deseados, sino también para evitar las enfermedades de transmisión sexual. Es importante que se investigue que pasa que no hay preservativos en la isla para mantener el sexo seguro. Considero que es un asunto vital.

  • Carmen dijo:

    Considero que las familias juegan un rol fundamental en la educación con respecto a la salud sexual de los adolescentes y Jóvenes.No perdamos la oportunidad de tratar sobre estos temas con los hijos.Informémoles,comenten, por favor,a sus queridos y queridas hij@s acerca de las consecuencias que trae consigo un embarazo en la adolescencia para su vida futura.Si logra un verdadero diálogo, con seguridad chicos y chicas tomarán correctas decisiones.Escuche a sus hij@s y hasta podría comentarles sobre historias de vida que ejemplifiquen cómo chicas con oportunidades de estudiar la carrrera de sus sueños tuvieron que abandonar los estudios a causa de un embarazo precoz

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Lisandra Fariñas Acosta

Lisandra Fariñas Acosta

Periodista de Cubadebate. Graduada de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2011). Trabajó en el Periódico Granma (2011-2019). En Twitter: @LisyFA

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